Calenda de CUNES 🦃 en la Fiesta 2022 Putla Villa de Guerrero | GALERÍA FOTOGRÁFICA


El miércoles 7 de septiembre, un día antes del día principal la festividad patronal, se realizó en Putla Villa de Guerrero, la segunda calenda de cunes, fiesta por las calles del pueblo que llenó de tensión y alegría a todos los putlecos.

Fue en las primeras horas de la mañana cuando la orquesta tradicional y los estandartes de la imagen de la Natividad de María, comenzaron con el recorrido por las calles putlecas para ir a recoger a los barrios a las madrinas de calendas, niñas que en vistosos carros alegóricos se sumaron a la gran fiesta patronal. Mientras esto sucedía, en otras partes de los barrios los cunes, grupos de mujeres y hombres de todas las edades, comenzaban a ataviarse con el guacal tradicional, adornado con plumas de guajolote que junto con un gancho de madera, sombreros y pañuelos, representan a este animal que en esta fiesta, se vuelve uno de los protagonistas.

LOS CUNES

Entre la tradición oral de los putlecos, se cuenta que los cunes nacieron de cuando se realizaba la calenda de la fiesta patronal y se portaban guajolotes vivos en el recorrido, mismos que servirían para la preparación del tradicional mole negro, el día principal de la festividad. Otra historia, nos cuenta que un cacique, colocó en el jardín de flores de su hija, unas monedas de oro, que pasearon por las calles del pueblo en las actividades de la fiesta patronal, para evitar que los pobladores robaran estas monedas, se vistió a un niño de guajolote que iba alejando a todos los curiosos. Sin saber, concretamente, cuál fue el motivo del nacimiento de los cunes, hoy son uno de los símbolos más importante de la cultura putleca.

CUNES, CORRETEOS Y HUEVOS

Cerca de las 11.30 de la mañana, los cunes comenzaron a reunirse a un costado de la plazuela del centro de la población, el motivo, esperar a que la celebración eucarística concluyera y con ello comenzar por diversas calles con la tradicional calenda de cunes, en donde los alegres personajes bailaron y picotearon a las personas que admiraban su paso. En este recorrido también participaron los carros de calendas, las putlequitas con la indumentaria tradicional de la comunidad y sus hermosos jardines de flores, así como el pueblo en general, divididos por barrios o secciones.

Al concluir la calenda, los cunes se dispersaron por todo el centro de la población, buscando a los hombres y mujeres que los retaran o lanzaran huevos, para comenzar una frenética cacería en donde, si eran atrapados, recibían fuertes picotazos que dejaban marcar visibles en la piel, se les rompía la ropa y eran lanzados a una de las dos de agua del parque municipal, mismas que ya estaban llenas de huevos rotos. Esto, aunque podría parecer muy agresivo, es parte de la tradición y los putlecos que quieren formar parte del acto, llegan preparados con ropas viejas y cómodas para la ocasión.

Por supuesto, muchas personas son atacadas por los cunes por distraídos o por ser conocidos de estos alegres guajolotes, pero todo queda en la convivencia del día, misma que se espera con ansias, año con año.
Contenido por: Antonio Aquino



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