Oaxaca de Juárez, Oax. 9 de julio del 2022. Este sábado se realizó el segundo de cuatro convites que son la antesala a las actividades principales de los Lunes del Cerro, en los que se enmarca la fiesta étnica más grande de América, la Guelaguetza.

Fue a las 18:40 de la tarde cuando los cohetes hicieron retumbar la Verde Antequera y como un llamado, el ambiente festivo se comenzó a sentir más que nunca por en Andador Turístico. Desde un costado del Jardín Carbajal las bandas de música hicieron eco de los sones tradicionales de los Valles Centrales, la Sierra Sur y el Istmo de Tehuantepec, pues desde aquí las delegaciones participantes en este convite comenzaron su recorrido por el centro histórico.

Encabezó la delegación de Tlacolula de Matamoros que con sus gigantescas marmotas anunció al mundo que Oaxaca es la tierra donde Dios nunca muere. La representación de este milenario pueblo incluyó los preciosos trajes de lana y randa de aguja que al ritmo del “jarabe del valle” eran lucidos por las mujeres zapotecas, entre ellas, bellas señoritas que como lo marca la tradición, portaban en sus cabezas canastas con flores blancas que formaban el nombre de esta comunidad.

Del valle de Etla llegó Santo Tomás Mazaltepec que al ritmo de su jarabe zapoteco deleitó a los presentes. Esta delegación escenificó a su paso el tradicional convite de flores de su comunidad, el cual que dedica a Santo Tomás Apóstol y en el que se pudieron apreciar las bellas canastas con motivos florales y religiosos.

Al ritmo de la banda de viento la delegación de Miahuatlán de Porfirio Díaz hizo su aparición en las fiestas y a lo largo de todo el recorrido ejecutó el “palomo miahuateco” y sones de la Sierra Sur como “cuidado con las muchachas”, que un año más robó risas de los espectadores. A su paso por las calles del centro de la ciudad los miahuatecos cantaban fervientemente los versos del palomo y demás temas emblema de esta tierra.

Con una alegría indescriptible se hacía presente el Barrio de la Soledad, municipio de la región del Istmo de Tehuantepec que repartiendo chingorolo y mezcal enamoró a más de uno. Las mujeres de esta comunidad mostraron la belleza del traje istmeño, bordado en múltiples flores sobre lienzos de terciopelo, pero también mostraron parte de las celebraciones en torno a las vestiduras de su santa patrona, la Virgen de la Soledad.

Al llegar a la Alameda de León se procedió con la quema de las canastas, toritos y guajolotes que cada delegación trajo al festejo y también se ejecutó el baile tradicional de cada una.

El convite es tradicionalmente un anuncio con el que se marca el inicio de una festividad patronal, en este sentido, los convites de las Fiestas de la Guelaguetza son un anuncio e invitación que las delegaciones representativas le hacen a Oaxaca, México y más el mundo para unirse a la máxima fiesta.