⭐ Legado Cultural del Distrito de Villa Alta, Oaxaca

Siempre que escuchamos a alguien mencionar la Sierra Norte lo primero que se nos viene a la mente son las montañas, los bosques, la niebla, el frío, pasar una noche al calor de la fogata o dentro de una cabaña sentado frente a la chimenea degustando un café de olla con pan.

Sin duda en Cuajimoloyas, Capulálpam de Méndez, Ixtlán, Lachatao, Llano Grande o Benito Júarez podemos encontrar este tipo de experiencias y disfrutar del contacto con la naturaleza y más.

Pero más allá de las altas montañas y los bosques de niebla, existe una microrregión conformada por un conjunto de comunidades zapotecas que nos hacen vivir una experiencia diferente, lugares que le han dado un sello particular a la región. Estas comunidades, asentadas en la cuenca del Río Cajonos, en el distrito de Villa Alta, mantienen muchas de sus tradiciones y costumbres, las danzas, la lengua, los mercados, la gastronomía, creencias, formas de organización, indumentarias y la música, un importante elemento cultural de esta región.

Conozcamos algunas de ellas.



La gozona

La palabra gozona es vocablo zapoteco que expresa la acción de ayuda mutua. Ya sea en una mayordomía, una boda, en un funeral o en la construcción de una casa, el apoyo recibido económicamente, materialmente o con mano de obra deberá ser correspondido de la misma manera por quién o quienes hayan recibido la ayuda.


Una de las principales gozonas es la musical, es común en las fiestas de los pueblos de la Sierra Norte que la comunidad anfitriona invite a las bandas musicales de otras comunidades a amenizar los eventos de la festividad, generalmente durante 4 o 5 días, esto será correspondido por la comunidad anfitriona cuando sea la festividad de las comunidades invitadas.

Antes de la construcción de la carretera, los músicos se trasladaban a pie varios kilómetros, así que cuando emprendían el viaje de regreso, la comunidad anfitriona les obsequiaba tasajo envuelto en una tortilla grande para que pudieran comer en su camino. Aunque el transporte ya existe en la región, esta tradición continúa vigente.




Gastronomía

Son el maíz, el chile, el frijol y la calabaza ingredientes importantes que conforman la mayoría de la gastronomía de la Sierra Norte, esto se enriqueció con los intercambios comerciales entre las comunidades y la introducción de animales a la llegada de los españoles, así también, las situaciones extremas que experimentó parte de la región el siglo pasado, llevaron a la creación de nuevas recetas.


Comidas como los quelites, frijoles, huevo cocido al comal en hoja de yerbasanta, mole amarillo con camarón y bolitas de masa, pepitas, tortillas con salsa, salsa de huevo con tepejilote y cebollina, conforman la dieta diaria de los serranos.

El caldo de pescado, el caldo de gallina, la morcilla, el caldo de res, el tamal de frijol o de amarillo con carne de res o topotillo (un pez pequeño de tono dorado) las memelitas (wash do´) y el tasajo asado son las delicias que acompañan en eventos de carácter social ya sea una boda, un funeral o una fiesta patronal.

De igual forma están las bebidas como el café de olla, el atole blanco, el atole champurrado, el pozontle, tepache y el jugo de caña y para pedidas de mano o rituales el mezcal y el aguardiente.

La producción de panela aun es vigente en esta zona de Oaxaca durante los meses de febrero a abril, esta sirve como dulce natural para endulzar el café o preparar algunos alimentos como el dulce de calabaza, plátano en dulce entre otros.

Cabe destacar que en la primera mitad del siglo XX parte de la región sufrió hambruna debido a la plaga de langostas y la sequía que azotó en años posteriores pues las cosechas fueron mínimas o nulas, así que para poder mitigar el hambre se solía combinar la masa de maíz con plátano verde para elaborar tortillas.










Música

Sin duda alguna, la región es rica en tradición musical. Instrumentos como el tambor y la chirimía han acompañado desde tiempos ancestrales los principales eventos de las poblaciones zapotecas. Posteriormente, las bandas de viento comenzaron a tomar parte importante en este ámbito.


No hay comunidad donde no exista una banda de música. Las bandas acompañan las fiestas patronales, las fiestas de los barrios, bodas, funerales, evento cívicos y sociales, recuas, calendas entre otras actividades. Valses, polkas, boleros, sones, jarabes, marchas fúnebres y piezas religiosas, son parte de la música que se deja escuchar en la región.

Durante las fiestas, es común que existan bandas invitadas de otras comunidades, llegando a ser hasta 5 bandas incluyendo los anfitriones, todos juntos, bajo la dirección de un solo director entonan diversas piezas en las audiciones musicales que tienen lugar durante la festividad.

Músicos como Narciso Lico Carrilo y el teniente Coronel Músico José Ventura Gil de San Melchor Betaza, recopilador de los sones de Betaza, Gilberto Baltazar de San Sebastian Betaza, Carlos Manuel Hernández Ortega de San Pedro Cajonos, Jaime Allende Cuevas de Yalalag, Adolfo Aracen de Santo Tomás Lachitaá, Fernando Sandoval Luna de Santiago Zoochila, Ulises Canseco Peña de Talea, Juan Cano y Braulio Cano de San Juan Yalahui e Ismael Mendez de Otatitlan de Morelos son algunos de los muchos destacados en este ámbito musical de la región por sus composiciones y directores de bandas de música.









Danzas

La fusión de las crencias de los zapotecas con las creencias católicas y diversos acontecimientos posteriores a la conquista dieron lugar a la creación de diferentes bailes y danzas, principalmente de carácter religioso. Muchas de ellas se esparcieron a lo largo de la región gracias al trabajo de maestros de danza en comunidades diferentes a la de su origen.

La Danza de Los Negritos, de Los Cuerudos, La Malinche, San José o Huenche Nene, Los Huenches Viejos, La Danza de los Tigres y la Danza de Santiago (esta última representativa de Talea de Castro) son algunas de las danzas que se bailan durante las fiestas patronales, la característica de estás danzas son el uso, en su mayoría, de máscaras de madera, penachos y trajes de terciopelo adornados con lentejuelas o listones de colores.

Pero el baile principal de esta región son los jarabes, donde las parejas tomadas de la mano dan saltos ágiles y repetitivos al tiempo que dan vueltas de ida y regreso, con algunas variaciones de una comunidad a otra. Destacan los Sones y Jarabes de Betaza, Yalálag y Lachirioag, el Fandango de Tavehua y la Boda Solagueña, comunidades que han tenido lugar en Las Fiestas de los Lunes del Cerro en la Ciudad de Oaxaca, otras danzas no menos importantes son el Jarabe Tanetzeño, Sones de Yaeé, Danza de los Zancos de Temaxcalapa, Sones del Rincón, los Sones de Zoochila y algunas danzas chuscas.







Indumentaria

Las comunidades de esta microrregión de la Sierra Norte se caracterizan por la blancura de sus vestimentas, tanto en hombres como mujeres. En un panorama general, los hombres visten camisa y pantalón de manta que sujetan con un señidor, un sombrero llamado “panza de burro” y huaraches de cuero, anteriomente, los huaraches eran elaborados con ixtle. Solían cubrirse del frío con gabanes de lana traídos del Valle de Oaxaca.

Las mujeres por su parte, varían en su forma de vestir en la región. En comunidades del Sector Zoogocho y Cajonos, visten un huipil blanco y falda de manta de algodón que sujetan con un sollate de palma y cubierto con un señidor de algodón de color rojo o morado. Comunidades como Solaga, Zoogocho, Guiloxi, Zoochila, Zoochina y San Pedro Cajonos adornan sus huipiles y blusas con flores bordadas a mano o en máquina.

En el sector Villa Alta, las mujeres de comunidades como Yateé, Yaá y Lachirioag, , portan un huipil y enredo blancos de algodón, el enredo es sostenido por un sollate y señidor rojo. Yalálag por su parte porta un enredo color café y un huipil adornado con motivos florales, en tanto Yalahui, Taguí y Yetzecobi adornan el huipil con franjas moradas y sostienen el enredo con un señidor negro.

En los pueblos del Rincón, como Tanetze, Talea y San Felipe el Provenir, destacan el uso de la técnica del pepenado de hilván en la elaboración de sus blusas.

Debido a la modernidad, poco a poco el uso diario de la ropa de manta se va desplazando, únicamente las mujeres más jóvenes usan la indumentaria tradicional en calendas, audiciones musicales, eventos cívicos o sociales.






Mercados

Los mercados en los pueblos del distrito de Villa Alta, mantienen aún su esencia, donde el zapoteco es la lengua predominante entre los vendedores y la gente que asiste a adquirir los diversos productos naturales de la región zapoteca, mixe y chinanteca.

Los principales mercados son el de San Bartolomé Zoogocho (jueves) Villa Hidalgo Yalálag (Martes) Talea de Castro y Villa Alta (Lunes).

EN cada uno de ellos podrás adquirir diversos productos naturales: pan, café molido, panela, maíz, frijol, frutas y verduras, textiles de lana y algodón (rebozos, blusas, morrales, huipiles, artesanías de barro, ixtle, cuero y de minbre, bebidas como mezcal y pozontle, tortillas, tamales, carne de res, por mencionar algunos.






Contenido por: Helí Morales

Agradecimientos por su colaboración fotográfica: 
"10mo Aniversario" - www.ViveOaxaca.org -

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