El convite comenzó con los protocolos entre la Junta de Festejos del Patrón San Pablo y las Autoridades Municipales. Acto seguido, la banda de música acompañó a las chinas sanpableñas, un grupo folklórico arraigado en la comunidad desde hace décadas, que cautivó a los presentes con el emblemático jarabe del valle, marcando así el arranque del recorrido.

Bajo el estruendo de cuetes y vivas y al compás de sones y jarabes, los monos de calenda, la danza de la pluma, y las chinas sanpableñas, adornaron las calles con alegres bailes, canastas enfloradas y el característico grito de "¡Que corra el agua blandos!", una invitación a disfrutar con alegría y generosidad la celebración. Es de destacar que en este convite no se incluye la tradicional marmota, ya que esta emerge exclusivamente durante la calenda nocturna, siendo el símbolo más sagrado de esta.

A lo largo del recorrido, se visitaron los diferentes barrios y capillas del pueblo, en cada una se ofreció el baile de la danza de la pluma y las chinas, deleitando tanto a los sanpableños como a los visitantes, así como honrando a las imágenes patronas de cada capilla.

El convite de San Pablo Huixtepec también brindó un espacio para la convivencia durante la hora de la comida. La Junta de Festejos sirvió el tradicional caldo amarillo y la cerveza de piña, dos elementos representativos de la gastronomía sanpableña que son exclusivos de esta tradición.

El día culminó a las 6 de la tarde en el atrio del templo, dando paso a la celebración eucarística. Por la noche, la comunidad se congregó para vivir el tradicional pregón y la calenda, cerrando así uno de los días más importantes e inolvidables de la festividad patronal en la tierra de los huizaches, San Pablo Huixtepec.