En punto de las 18:30 horas en el atrio del Templo de la Preciosa Sangre de Cristo el Arzobispo Pedro Vásquez Villalobos pidió a las y los oaxaqueños unirse en oración, “porque Jesús entregó su cuerpo y derramó su sangre para el perdón de los pecados y para la salvación de los hombres”. Tras las palabras que resonaron por todo el Andador Turístico se comenzó con la procesión, los participantes y visitantes se mantuvieron en silencio y la tarde solo fue fraccionada por el sonar de las matracas y las cruces de los penitentes que arrastraban sobre la cantera de la ciudad.

En esta procesión participaron las imágenes antiquísimas de los templos pertenecientes al decanato del centro de la Arquidiócesis y narró la pasión y muerte de Jesucristo. La procesión fue encabezada por la cruz y los ciriales que los monaguillos portaban, los párrocos de las parroquias participantes y el Arzobispo de Oaxaca.

Una de las particularidades de esta procesión son los estandartes y relicarios, enormes lienzos de terciopelo adornados con milagritos de oro y plata que en el centro portan imágenes religiosas enmarcadas por bellos y antiguos relicarios de metales y piedras preciosas, cada uno de estos estandartes llegó a la procesión de los diversos municipios de los Valles y Sierra de Oaxaca y custodiaron en todo momento a las imágenes participantes: Cruz de Caravaca, Jesús en el Huerto, las Lagrimas de San Pedro, el Señor del Pasadizo, Cristo de la Columna, la Coronación de Espinas, Jesús con la Cruz a Cuestas, el Señor de las Peñas del Templo del Carmen Alto y Xochimilco, el Señor del Rayo, Señor de Esquipulas, Virgen de Dolores del Templo de Xochimilco, la Preciosa Sangre de Cristo, Virgen de la Soledad del Templo del Patrocinio, Virgen de la Soledad y el Santo Entierro con la Virgen de Dolores del Templo de la Sangre de Cristo.

La representación recorrió la calle de Macedonio Alcalá (Andador Turístico), hasta el Jardín Carbajal, calle Xólotl, calle García Vigil, hasta llegar a la Catedral, donde concluyó, posteriormente las imágenes avanzaron una a una en procesión hacia sus respectivos templos.

La Procesión del Silencio es una herencia dominica que comenzó gracias al párroco de la Preciosa Sangre de Cristo, Pedro Osorio así como los fieles católicos Ana Bravo Vasconcelos, Carlos Ocampo Prieto y José Humberto Palancares.

Contenido por: Antonio Aquino

Fotografías: Antonio Aquino y Carolina Ramírez