Las festividades de Día de Muertos 2013 se vivieron como nunca en Oaxaca, pues con todas las actividades, los oaxaqueños y miles de turistas quedaron maravillados con la alegría, magia y tradición de una ciudad única, una ciudad patrimonio mundial.

Este 01 de noviembre, día en que se acostumbra estar en casa y visitar los panteones por la noche, la ciudad se vio llena por completo de personas que disfrazada de muertes, llorona y vampiros, disfrutaban de la frescura y calidez hospitalaria de la ciudad capital.

En la Plaza de la Danza de la Danza se ofrecían espectáculos teatrales, en el Jardín El Pañuelito el coro de la ciudad y diversas casas de la cultura hacían muestra de sus dones artísticos, en la biblioteca publica central los danzantes prehispánicos hacían rituales y aunque la lluvia comenzaba a caer sobre los enormes tapetes colocados en diferentes partes, no impidió de que se siguieran admirando.

Una de las primeras comparsas en aparecer fue la de la Casa de las Artesanías, recorrido lleno de fiesta y música que se abrió paso por Avenida Independencia, por el andador turístico los niños hacían juegos terroríficos y los zancos se hacían presentes. Las catrinas con todo lujo ondeaban sus abanicos y las muerteadas y comparsas comenzaban a llenar el Zócalo capitalino que ya estaba abarrotado por los espectadores del espectáculo de la tuna.

Así llegaron los disfraces de la Casa de la Cultura de San Andrés Zautla que al ritmo de la banda de música contagio de alegría a los presentes, el barrio de La Noria de la Ciudad de Oaxaca fue encabezado por una enorme muerte en su carreta mientras que rodeando la antes llamada Plaza de las Armas, las Chinas Oaxaqueñas de Doña Casilda Flores se lucían con su muerteada, mas tarde aparecerían las Chinas de Doña Genoveva Medina y los enormes disfraces de algunas comparsas mas.

Al termino de estas actividades la mayoría de participantes partieron caminando hacia el Panteón de San Miguel, mejor conocido como el Panteón General, pues la verbena de comida ya los esperaba para comprar memelas, empanadas, molotes y chocolate para convivir con los que ya se fueron al calor de una vela, al sabor de un buen mezcal y enmarcando las fiestas como cada año, el delicioso y único aroma a flor de muerto.

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