Dos Exposiciones de Añil, Grana y Caracol: los colores de Oaxaca

El pasado sábado el Museo Textil de Oaxaca y el Centro Cultural San Pablo se llenaron de los colores de Mesoamérica, el añil, la grana y el caracol, los tres tintes que se producen en Oaxaca desde tiempos inmemoriales

Exposición
Oaxaca, Oax.- Dos exposiciones se inauguraron en torno a los tres tintes que colorean los tejidos de Mesoamérica. Primero, en el Museo Textil de Oaxaca (MTO) se presentó una serie de textiles mexicanos y guatemaltecos teñidos con estos tres colores que, hasta hace poco, tuvo gran distribución en el estado.


El añil, la grana cochinilla y el caracol púrpura, el trío estelar, para el curador de Alejandro de Ávila “son los colores que distinguen al pueblo mesoamericano, incluyendo la gente más humilde, que es la gente indígena del sur de México”.

Después del recorrido por las salas del MTO se pasó al contiguo Centro Cultural San Pablo, donde estaban las fotografías de Rafael Doniz sobre la producción de estos tintes. 


El origen de que se incluyera el trabajo de este fotógrafo está en que Alejandro de Ávila vio unas fotos que Doniz había hecho sobre el teñido del caracol púrpura en Huatulco por los tintoreros de Pinotepa de San Luis. “Unas imágenes con un acercamiento a la gente, al hilo, al color y a lo que hay detrás. Me parece que son como veladuras de lo que está más allá de la imagen”.

Así, De Ávila le encargó a Rafael Doniz que cerrara el círculo con los otros dos tintes oaxaqueños: el añil y la grana. Para fotografiar el proceso de producción del índigo, el añil, fue a Niltepec, donde están las matas de las que se obtiene ese azul tan maravilloso que parece metálico. Ahí Doniz convivió “con la última familia que sigue cultivando el añil y documentó el proceso pero no de manera científica, sino con el alma”, comentó el curador.

Después el viaje fue a los Valles Centrales, donde se cría la grana cochinilla, ese insecto que parasita los nopales, que pinta de rojo sangre los tejidos oaxaqueños y de otras regiones mesoamericanas.

De esta forma, las tres tinturas, los tres procesos de elaboración, fueron reflejadas en sus imágenes, donde los trabajadores, los tintoreros, los artesanos del color, quienes, como afirmó Doniz, son “la gente que tiene sus manos por legado natural”.

Para el fotógrafo, nacido la Ciudad de México en 1948, hacer este trabajo ha sido “uno de los regalos más grandiosos que he tenido en mi trayectoria como fotógrafo y me llena de una profunda emoción”.

Rafael Doniz, que empezó en la fotografía de la mano del maestro Manuel Álvarez Bravo en los años setenta, contó que como fotógrafo “he tenido una gran fortuna; no me siento como ladrón de imágenes. Cuando yo llego a las zonas más marginadas de este país, tanto en el sur como en el norte, encontré una identidad que se acrecentó, enriqueció y me dio como mexicano una identidad sana. Cuando yo llego al lugar pido permiso. Con la gente es igual y me ha resultado muy bien porque evidentemente primero pido permiso, me presento y entablo una relación muy cercana con ellos”.

Sobre esta exposición, que es en color y con impresión digital sobre papel de algodón, con una saturación muy fuerte, nos contó que al principio tenía sus reticencias hacia la fotografía digital. Tras más de treinta años trabajando en blanco y negro con fotografía análoga, probó la digital, y “me empiezo a dar cuenta de que, si uno como fotógrafo puede entender la posibilidad de que cierta imagen que uno quiere puede mandarla a cierto tamaño y análogamente uno no lo puede hacer, por qué no hacerlo digital. Finalmente mi propósito va a llegar”.

Más información:
Exposición: La lente que derrama color
Lugar: Museo Textil de Oaxaca y Centro Cultural San Pablo
Hasta el 23 de marzo de 2015

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“Tierra de dioses que Nunca Mueren”
2014

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